domingo, 29 de abril de 2012

Aunque lamento que todavía no estemos del todo preparados

El tiempo pasa y avanza y todo se torna de un tono tan negro como el carbón. No estamos atravesando un buen momento o eso se encargan de recordarnos todos los canales de televisión y medios de comunicación. Cada día parece que el objetivo es eliminar cualquier rastro de esperanza, cualquier atisbo de ilusión en las vidas de las personas que empleamos un tiempo en informarnos de cómo va todo. ¿Qué ocurre?, ¿Qué podemos hacer?... Nos encontramos sólos y perdidos sobre un precipicio en el que poco a poco una mano invisible nos va empujando hasta que caigamos sobre los abismos del vacío...

Si vemos la historia del ser humano podemos aprender mucho de nuestros aciertos y nuestros errores. El problema está en que hoy en día, bueno realmente una parte del problema, se basa en que las personas que tienen ese rol de cambiar las cosas (políticos, sindicatos, figuras importantes...) no están para nada comprometidos por su causa. ¿Por qué? Por el poder. El actual modelo que tenemos se basa en un modelo jerárquico donde el poder es lo más importante. ¿Nunca te preguntaste porqué muchos de los políticos de más alto nivel son unos verdaderos incompetentes? ¿Porqué ese cargo no está desempeñado por verdaderos expertos en la materia?... La respuesta es sencilla. Si quieres tener el poder debes rodearte de personas que nunca quieran quitártelo. A mi se me ocurren dos tipos de personas, o verdaderos amigos o completos idiotas y sumisos.

Y tal vez no nos demos cuenta de que el problema no se podrá solucionar en sus manos. Sólo será la unión de las nuestras lo que pueda conseguir arreglar las cosas. Lamentablemente nos han educado para no revelarnos, para dejar guiarnos por cualquier lider, aunque el gran objetivo de la educación y aunque parezca una gran contradicción ha sido para no pensar. No sabemos encontrar una respuesta y un modo de actuación. Ahora tenemos muchos medios de estar comunicados: redes sociales, televisión...; Sin embargo, no parece que tengamos clara la idea de qué hacer. Es más fácil guiar a un rebaño de ovejas dóciles y que no tengan ideas de como mejorar su vida aunque sea monótona y aburrida que a un rebaño de lobos que esté deseando liberarse de sus cadenas para vivir una vida mejor.¿Debemos actuar con violencia? La respuesta también es negativa. La violencia desacredita cualquier tipo de razonamiento o idea. La violencia es una imposición y es utilizada cuando nada más puede llevarse acabo. Espero que no acaben así los acontecimientos...

Pensemos. Se organiza un día de huelga general, pero porqué no se cambia ese día y se intenta ayudar a las personas que estén paradas. Se podría organizar recolectas comunes, donaciones de muebles, comida ,medicamentos... sería mucho más útil que salir a la calle y protestar a una serie de personas que no cambiarán nada. Da igual el color de su partido, da igual el lado político en el que se encuentren, ellos no harán nada. Sólo podemos ayudarnos entre nosotros, pero tampoco nos han enseñado a ello. Solo ayudamos a los más cercanos, a amigos, familiares, parejas, pero a veces ni eso. Hemos crecido en un modelo en el que prima la felicidad individual y nos hemos olvidado que la mejor felicidad es aquella que se puede compartir.

¿Qué ocurrirá? Tal vez sean momentos de cambio y esto tenga que hacer que nos replanteemos una vez más nuestra existencia. Y no en manos de Dioses ni de otros seres que nunca aparecerán en nuestra realidad. Debemos pensar en qué hicimos para llegar aquí, en todo lo bueno y lo malo... Debemos de tratar de cambiar las cosas y crear una nueva situación. Somos expertos en eso, en el cambio, en la creación de ideas... Y por ello tal vez deba ser el momento de dar un giro radical a nuestra manera de entender el liderazgo y la organización social, la ayuda, la generosidad... Aunque lamento que todavía no estemos del todo preparados.

domingo, 22 de abril de 2012

Día a Día

Me levanto cada mañana entre los sueños y las sábanas. Al principio cuesta abrir los ojos, pero poco a poco se van adaptando a la realidad. La primera sonrisa del día se pierde entre los cereales del desayuno. Después una ducha cálida para relajar el cuerpo. Caminar y disfrutar de los primeros rayos de sol. La ciudad se cuela por todos mis sentidos. Los sonidos de los coches y la gente por mis oídos. Los edificios y árboles por mis ojos. El chicle que saboreo entre mis dientes estimula mi gusto. Cada día es el mismo camino y cada día es aun más bello. Un nuevo detalle, una nueva persona, un cruce de miradas, una nube en el cielo... Una ciudad puede ser tan impresionante como un buen cuadro, por muchas veces que la mires nunca te cansarás de contemplarla. Intento disfrutar de cada momento, de cada instante. Conseguir que los demás sonrían y que los demás me hagan sonreír. Una comida, un trabajo, una conversación, todo puede ser tan rico como uno quiera. La rutina se puede romper utilizando la creatividad. Las mismas personas no es algo aburrido pues cada una de ellas supone un universo tan basto y grande de conocer que ni en diez vidas podrías recorrerlo plenamente. El cielo cambia y la luz del sol da paso al brillo de las farolas. La luna lo observa todo desde las alturas. La vuelta al hogar se realiza junto al cansancio del día. Espera una cena en casa junto a las personas que probablemente más quieras. Preguntas qué tal ha ido el día y compartes los momentos más importantes con ellos. Un vaso de leche caliente, un libro o una serie. Y la vuelta al lugar donde lo empezaste. La vuelta al mundo de los sueños, las ilusiones y las fantasías. Pero te olvidaste de algo, lo mejor de todo: mañana podrás volver a disfrutar aun más de lo todo lo que ayer hiciste.