No
 tenía nombre, eso no importaba. ¿Qué es un nombre? Una simple palabra 
bajo la que identificarnos, una mera etiqueta..., nunca me gustaron las 
etiquetas. Nos cruzábamos en algunas calles pero sus ojos nunca se 
paraban a responder el saludo de los míos. Un extraño mirando a otro 
extraño, a veces funciona, pero la gran mayoría de las veces solo una de
 las partes es la interesada en romper la lejanía. Sé que jamás podré 
saludarla, sé que jamás podré conocerla, el destino es una fuerza que se
 escapa de muy pocos libros y televisores. Los encuentros fortuitos son 
complicados para las calles y parques de la ciudad, sin embargo son 
sencillos para los bares y discotecas. Si te encontrara en un lugar de 
copas y me acercara a conocerte quizás me recibirías con una sonrisa, pero si
 te saludara en un parque pensarías que soy un loco, lamentablemente no 
frecuento los primeros sitios.
Dejamos de conocer a personas interesantes a cada paso que damos, nos cruzamos con tantos cada día, cada tarde, cada noche. Cada uno con sus sueños, ilusiones, miedos, amores…
Quizás sus ojos también querían conocer los míos, pero las barreras de la sociedad impidieron que el encuentro se produjera. No será ni la primera ni la última vez que pase, probablemente las personas más interesantes para nuestras vidas son aquellas que jamás hayamos conocido. Quizás nos enamoremos de quien podamos y no de quien realmente nos gustaría. Si evitáramos las normas, si evitáramos la frialdad, si diéramos un paso a nuestros sentimientos y nuestros impulsos probablemente nos equivocáramos en multitud de ocasiones, pero un solo acierto sería capaz de cambiar por completo la vida de cualquiera de nosotros.
Dejamos de conocer a personas interesantes a cada paso que damos, nos cruzamos con tantos cada día, cada tarde, cada noche. Cada uno con sus sueños, ilusiones, miedos, amores…
Quizás sus ojos también querían conocer los míos, pero las barreras de la sociedad impidieron que el encuentro se produjera. No será ni la primera ni la última vez que pase, probablemente las personas más interesantes para nuestras vidas son aquellas que jamás hayamos conocido. Quizás nos enamoremos de quien podamos y no de quien realmente nos gustaría. Si evitáramos las normas, si evitáramos la frialdad, si diéramos un paso a nuestros sentimientos y nuestros impulsos probablemente nos equivocáramos en multitud de ocasiones, pero un solo acierto sería capaz de cambiar por completo la vida de cualquiera de nosotros.
1 comentario:
Humm yo hubiera terminado diciendo que un solo acierto cambia por completo la vida de cualquiera
Publicar un comentario